• Sólo ha quedado en la rama
    un poco de paja mustia
    y, en la arboleda, la angustia
    de un pájaro fiel que llama.
    Cielo arriba y senda abajo,
    no halla tregua a su dolor,
    y se para en cada gajo
    preguntando por su amor.
    Ya remonta con su queja,
    ya pía por el camino
    donde deja en el espino
    su blanda lana la oveja.
    Pobre pájaro...