Hay en la vida lágrimas, Mariano,
que la amistad contempla silenciosa,
porque enjugarlas intentara en vano.
Al que las llora en la reciente losa
de un sepulcro do en flor arrebatada
la dulce prenda de su amor reposa,
no con usados pésames le agrada
ver en el llanto que a sus solas vierte
la majestad de su dolor turbada.
¿Pues quién, mi...