• Oportuno en verdad viene ese tanto
    a mediar el terceto antecedente,
    pues me convida a principiar con llanto...

    Llanto vierten mis ojos, hechos fuente,
    Mariano, desde aquel tremendo día,
    en mi memoria sin cesar presente,

    cuando en la lucidez de su agonía,
    estrechándome tierna al casto seno,
    «¡Todo es verdad!» mi esposa me decía.

    ¡Todo es...