•    I
    Oh Deidad impasible por quien blasfemo y oro:
    tu alma es como un palacio de mármol, bello y frío,
    con plafones de cedros y altivas puertas de oro,
    solemne y armonioso, como un templo vacío.

    En diáfanos ponientes hay la gracia de un vuelo,
    de leves sedas blancas, de cisnes y palomas;
    y, entre las columnatas, elevan hasta el cielo
    sus...