Cuando las luces de tus ojos veo,
Se enciende mi deseo,
El corazón se inflama
De suerte pues, que en la amorosa llama,
Las que en tus ojos son luces vivientes,
Son en mi corazón llamas ardientes.

Surcando Anarda sus luces,
La mano entonces parece
En brillantes ondas de oro
Pequeño bajel de nieve.

Peine de marfil aplica,
Mas dudará quien la viere,
Si se peina los cabellos
Con la mano, o con el peine.

¿Quién puede temer borrascas?
En...