• Sobre la cabeza del lomiyo
    Que luce en oro de su dueño el nombre,
    Como cansáo de asujetar las riendas
    Se apoya el brazo convidando al trote.
    Obedece el overo,
    Que sabe ya que al comenzar la noche,
    La inquietú de su dueño se adormece
    Como en agua e laguna el camalote,
    Y, pisando a gatitas la gramiya,
    Va saliendo del monte
    Pa rumbiar...