Flotante monte de macizo acero,
mandas, Iberia, a nuestra playa en vano,
rival del monstruo portentoso y fiero,
gigante emperador del océano.
No ha de valerle su feroz grandeza,
ni el nombre con que torpe tu arrogancia
quiso manchar la singular proeza
que eterna gloria mereció a Numancia.
Y si, anhelosa de vengar tus rotas,
los vastos senos...