• Crin que al aire te vuela, rizada y bruna,
    parece a mis ahogos humo en fogata;
    y del arpa desprendes la serenata
    divinamente triste, como la luna.

    Y del celo ardoroso despides una
    fragancia de resina; y él te dilata
    ojo que resplandece con luz de plata,
    como en la sombra el vidrio de la laguna.

    Mas tu marido llega, con su fortuna,
    nos...