• Agobia el Sol a la ciudad con su luz recta y terrible; la arena resplandece y el mar espejea. Cobardemente se rinde el mundo estupefacto y duerme la siesta, siesta que es una especie de muerte sabrosa en que el dormido, despierto a medias, saborea los placeres de su aniquilamiento.

    Sin embargo, Dorotea, fuerte y altiva como el Sol, avanza por la calle desierta, Ășnico ser vivo a esta...