• A J. R. O.

    Y tú, mi dulce amigo,
    que con la caza alegre
    el afanoso estudio
    alternas y entretienes,
    sigue, sigue gozando
    el placer de los reyes;
    la diosa de los bosques
    su gracia te promete.

    Mas si en la selva umbrosa
    dos palomitas vieres
    acariciarse tiernas,
    el tiro, cruel, suspende;
    perdón a sus caricias,...