• I
    Desplómase la rauda catarata
    envuelta en luz y plata,
    rompiendo en mil pedazos su diadema;
    al abismo se lanza y precipita,
    y ruge, canta, grita,
    formando con sus ritmos un poema.

    Al ver sus vestiduras y cendales
    cubiertos de cristales
    y de resplandeciente pedrería,
    un ruiseñor...