• Rugió el lascivo mar a la manera
    de un sátiro de barbas temblorosas,
    al poner tu presencia en la ribera
    su gracia peculiar sobre las cosas.

    Joyas raras y sedas olorosas
    prestigiaban tu dulce primavera
    y al deshojarse tus palabras era
    cual si estuvieran deshojando rosas.

    Hubo un silencio de éxtasis en todo...
    el mar violento suspiró a su...