Para Ernesto Christophe
Como un viviente, arrogante de su noble estatura,
Con su gran ramillete, su pañuelo y sus guantes,
Ella tiene la indolencia y la desenvoltura
De una coqueta...
Para Ernesto Christophe Como un viviente, arrogante de su noble estatura, |
I En verdad, tú no eres, mi bienamada, ¡Mi vieja infanta! Y, empero, |