• Tules de nieblas sobre las campañas
    velaban los contornos de la quinta
    y ascendía, en la tarde de aúrea tinta,
    la égloga suspirante de las cañas.

    Desenrrollaba su monstruosa cinta
    la negra procesión de las montañas
    y evocaba el temblor de tus pestañas
    nuestra felicidad por siempre extinta.

    Entre las sombras, un gemir de esquilas
    anunciaba...