¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira,...
¡Qué descansada vida
Que no le enturbia el pecho |
Vivo sin vivir en mí,
Vivo ya fuera de mí |
Ya toda me entregué y dí, Cuando el dulce Cazador |