¡El Día...!
Y una vez más el vocablo snoro
hace rodar, sobre la faz sombría
de la Noche, la gran lágrima de oro.

¡FIAT LUX...! Y la divina algarabía
que predice las horas bellas
truena bajo la cúpula dorada
y apaga con su soplo las últimas estrellas...

Ah, no abras la ventana todavía,
¡es tan vulgar el sol...! La luz incierta
conviene tanto a mi melancolía...
Me fastidia el rumor con que despierta
la gran ciudad... ¡Es tan vulgar el día...!

Y ¿para qué la luz...? En la discreta
penumbra de la alcoba hay...