• Patria adorada, que el fatal destino
    en fácil presa a la ambición condena;
    donde en eterno, oscuro torbellino,
    el huracán del mal se desenfrena:
     

    ¡ay! ¿para ti no guarda el Ser Divino
    alguna aurora sin dolor serena,
    alguna flor que adorne tu camino,
    alguna estrella de esperanza llena?
     

    Si dicha y paz propicio te reserva,
    que...