• ¿Cundo será que los cielos
    a ti piadosos me junten,
    mitad ausente del alma,
    beldad misteriosa y dulce?
    Tú que tan bella y perfecta
    concibe mi ardiente numen,
    sin que una sombra ligera
    tantas bellezas nuble.
    ¿Quién me dirá donde moras,
    qué extraña región te encubre,
    qué isla de aquellas que cantan
    los poéticos laudes?
    Quizá...

  • ¡Oh tú, que estás sepultado
    en el sueño del olvido,
    si para tu bien dormido,
    pata tu mal desvelado!
    Deja el letargo pesado,
    despierta un poco, y advierte
    que no es bien que desa suerte
    duerma, y haga lo que hace
    quien está desde que nace
    en los brazos de la muerte.

    Da lugar al pensamiento
    para que discurra, y veas
    y que...

  • Si era toda en tu verso la armonía del mundo,
    ¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar?
    Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares,
    corazón asombrado de la música astral,
    ¿te ha llevado Dionysos de su mano al infierno
    y con las nuevas rosas triunfantes volverás?
    ¿Te han herido buscando la soñada Florida,
    la fuente de la eterna juventud, capitán?...

  • ¿Por qué, el aire surcando,
    dilatándose del bronce los sonidos;
    y sin cesar vibrando
    llegan a mis oídos
    profundos y tristísimos gemidos?

    ¿Por qué de muerte el canto
    en torno de ese féretro resuena?
    ¿Por qué el fúnebre llanto?
    ¿Por qué la amarga pena,
    los cirios, y el clamor que el aire llena?

    Te miro ante mis ojos
    postrado sin...

  • Atado! y ¿para qué? si es una víctima
    que paso a paso a su calvario va
    lo lleva hasta el banquillo la república
    y con ella en el alma a morir va.

    Atado! y ¿para qué? frente al suplicio
    los soldados esperan la señal,
    el plomo romperá su pecho heroico
    que ostentaba lo enseña liberal.

    Marcha a su lado el sacerdote trémulo
    hablándole...

  • ¡Oh! el dolor de tu cuerpo voluptuoso, apto a la herida de la carne quemadora.

    Vorágine obsesora,
    tortura lenta.

    Sueño estatuario,
    estética de carne.

    Vitalidad turbulenta,
    camina lenta.

    Y deja que ritmen tus talones,
    candentes dominaciones.
    Estética de carne,
    carne de amor.

    Belleza, alma pagana de la forma;
    diosa que...

  • Noble arte a quien la palma
    otro arte en vano disputar procura,
    por ti se engolfa mi alma
    en un piélago inmenso de dulzura,
    de donde no volviera
    jamás a la tristísima ribera;
    mas antes, continuando
    su viaje venturoso en presto vuelo
    por piélago tan blando,
    al fin llegara del distante cielo
    a tranquila ensenada,
    y en ella hiciera...

  • ¡Cuán solitaria la nación que un día
    Poblara inmensa gente,
    La nación cuyo imperio se extendía
    Del Ocaso al Oriente!
    ¡Lágrimas viertes, infeliz ahora,
    Soberana del mundo,
    Y nadie de tu faz encantadora
    Borra el dolor profundo!
    Oscuridad y luto tenebroso
    En ti vertió la muerte,
    Y en su furor el déspota sañoso
    ...

  • Patria adorada, que el fatal destino
    en fácil presa a la ambición condena;
    donde en eterno, oscuro torbellino,
    el huracán del mal se desenfrena:
     

    ¡ay! ¿para ti no guarda el Ser Divino
    alguna aurora sin dolor serena,
    alguna flor que adorne tu camino,
    alguna estrella de esperanza llena?
     

    Si dicha y paz propicio te reserva,
    que...

  • Ante el recuerdo bendito
    de aquella noche sagrada
    en que la patria aherrojada
    rompió al fin su esclavitud;
    ante la dulce memoria
    de aquella hora y de aquel día,
    yo siento que en el alma mía
    canta algo como un láud.

    Yo siento que brota en flores
    el huerto de mi ternura,
    que tiembla entre su espesura
    la estrofa de una canción;...