• Con Placer hablo contigo,
    yo que en mi vida te he hablado;
    pues eres centro, y abrigo,
    Y depósito sagrado
    de la dicha de un amigo.

    Dueña de su fe segura
    y árbitra a un tiempo te ves
    de su gozo o su amargura;
    que él no tendrá más ventura
    que aquella que tú le des.

    Aunque Marte galardone
    su esfuerzo nunca domado
    y cien...

  • Estrella de la tarde silenciosa,
    luz apacible y pura
    de esperanza y amor, salud te digo.
    en el mar de Occidente ya reposa
    la vasta frente el sol, y tú en la altura
    del firmamento solitaria reinas.
    ya la noche sombría
    quiere tender en diamantado velo,
    y con pálidas tiritas baña el suelo
    la blanda luz del moribundo día.
    ¡Hora...

  • Padres segundos del linaje humano,
    únicos libres del común pecado,
    y de común castigo, cuando, airado,
    cambió el Señor la tierra en océano:
    cuando ese mar inmenso tuvo orilla,
    y dejasteis al fin el arca santa,
    al estampar en tierra vuestra planta,
    ¿no regasteis en llanto la mejilla,
    al mirar que la tierra, ya segura,
    que os acoja del...

  • Yo vi que no eran tu mansión mis lares,
    amada entre las Diosas, y por ti
    surqué extranjeros procelosos mares,
    y apartadas regiones recorrí.
    Y cada orilla que tocó mi prora
    con labio ansioso preguntar me oyó:
    ¿Aquí, decidme, la Ventura mora?
    Mas ¡ay! doquier me respondieron: ¡no!
    Id más allá: no mereció este suelo
    que su áurea planta se...

  • ¡Oh flor del trópico ardiente,
    flor cuyo aroma divino
    embriaga cual dulce vino
    que hace delirar la mente:
    ¿qué importa, di, que no muestres
    los deslumbrantes colores
    de tantas altivas flores,
    brillantes joyas campestres?
    Si ricos matices Flora
    rehúsa a tu verde estrella,
    de las fragancias en ella
    la más divina atesora.
    Y a...

  • I

    Fortuna, no me amenaces,
    ni menos me muestres gesto
    mucho duro,
    que tus guerras y tus paces
    conozco bien, y por esto
    no me curo;
    antes tomo más denuedo,
    pues tanto almacén de males
    has gastado,
    aunque tú me pones miedo
    diciendo que...

  •     ¡Númenes de dolor, templad mi lira!
     ¡Vírgenes de la Iberia, dadme llanto!
     ¡Musa de la memoria, quema olores!...
     La heroica muerte del soldado canto...
     ¡Genios, sembrad en su sepulcro flores!
        ¡Era un héroe! -Murió-. Murió en campaña,
     y en su crispada diestra
     apretaba el acero
     al lanzar con el aye prostrimero
     un tierno adiós a...

  • De libertad al mundo eras maestra
    mas aún su ciencia te negaba Marte;
    y esa fraterna lucha te hizo diestra
    de las crudas batallas en el arte.
    De tu pecho al valor y fortaleza,
    por ninguna jamás sobrepujada,
    se iguala de tu brazo la destreza
    para esgrimir la ponderosa espada.
    Ya por civil saber eras Minerva,
    mas hoy en todo a la gran Diosa...

  • No ya, no ya, cual las aciagas veces
    en que hermanos armaste contra hermanos,
    las almas afligidas estremeces
    de los buenos peruanos.
    De Sur a Norte, de Ocaso al Este,
    armado se levanta el Perú entero,
    como una sola e impaciente hueste,
    como un solo guerrero.
    Que no eres hoy el execrable horrendo
    monstruo maldito cuyo nombre espanta:
    ...

  • Dulce hermosura, de los cielos hija,
    don que los dioses a la tierra hicieron,
    oye benigna de mi tierno labio
    cántico puro.

    La grata risa de tu linda boca
    es muy más dulce que la miel hiblea:
    tu rostro tiñe con clavel y rosas
    cándido lirio.

    Bien cual se mueve nacarada espuma
    del manso mar en los cerúleos campos,
    así los orbes del...