Vírgenes rosas inclinaron hacia
tus cabellos la red de sus pistilos
al beso de los astros, intranquilos,
por tus pupilas húmedas de gracia.

Tal una araña que a la luz espacia
las traidoras urdimbres de sus hilos,
se proyectó la sombra de los tilos
en tu...

ES la hora del crepúsculo sombrío;
        Estamos en el mar;
No sé qué tiene esta hora vespertina
Que donde quiera á mi cansado espíritu
        Invita á meditar.

Guarda no sé qué singular misterio
        De un lúgubre pesar,
No sé qué amarga...

He aquí la noche encantadora, amiga del criminal;
Llega como un cómplice, a paso de lobo; el cielo
Se cierra lentamente cual una gran alcoba,
Y el hombre impaciente se cambia en bestia salvaje.

¡Oh noche!, amable noche, deseada por aquel
Cuyos brazos, sin mentir,...

(traducción de VÍCTOR HUGO)

Gime la fuente y fúnebre sudario
    envuelve el horizonte;
mudo se extiende tras el alto monte
    el valle solitario;
    siniestros y tranquilos
alzan sus ramas lúgubres los tilos.
    ¿No veis al través de ellos
...

Va cayendo el día. Una gran paz llena las pobres mentes, cansadas del trabajo diario, y sus pensamientos toman ya los colores tiernos o indecisos del crepúsculo.

Sin embargo, desde la cima de la montaña llega hasta mi balcón, a través de las nubes transparentes del atardecer, un gran...

La diana cantaba en los patios de los cuarteles,
Y el viento de la mañana soplaba sobre las linternas.

Era la hora en que el enjambre de los sueños malignos
Tuerce sobre sus almohadas los atezados adolescentes;
Cuando, cual un ojo sangriento que palpita y se menea,...

Las ascuas de un crepúsculo morado
detrás del negro cipresal humean...
En la glorieta en sombra está la fuente...
con su alado y desnudo Amor de piedra,
que sueña mudo. En la marmórea taza
reposa el agua muerta.

 Ya la tarde libra el combate postrero,
en las flechas de oro que lanza el ocaso,
y se va — como un príncipe, caballero
en el rojo corcel del Ocaso. —

 Se ahonda...