Pero hasta que se apaguen las húmedas pupilas
de este loco muchacho que te dice sus versos,
rimarán en tu gloria sus más dulces canciones
los líricos bulbules que cantan en mi huerto!
Quizás nunca regreses, o cuando tú retornes,
mi corazón, inmóvil, duerma su último sueño,
el que velan los sauces, como madres llorosas,
y las lunas doradas sobre los...