• Arroyo cristalino,
    que con susurro blando
    vas del monte a la selva
    y de la selva al prado;

    travieso cefirillo,
    que con tu aliento grato
    mueves hojas y flores
    que son gala del campo;

    parleras avecillas,
    que en trinos regalados,
    cuando el sol nace o muere,
    llenáis el aire vago;

    y cuando vive y crece
    en este suelo...