• Llegas a mí con garbo presumido,
    tierna y gentil. ¡Cuán vario es el orgullo!
    Ostenta en el león crin y rugido,
    y en la paloma tornasol y arrullo.

    Brillas y triunfas, y a carnal deseo
    cierras la veste con seguro alarde,
    y en el fulgor de tu mirada veo
    sonreír al lucero de la tarde.

    Hay minutos de gracia, que suspenden
    el dolor con alivio...