Recio y amplio edificio, que no brilla
Por la elegancia y el primor del arte.
Fue convento y capilla
Y es hospital. Elévase a la orilla
Del mar, hacia la parte
De Oriente, por la cual hay un baluarte,-
De dos que duran a evocar memoria
De antiguos...
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Cuanto en mí vierte luz y armonía Si he lanzado una piedra a los cielos, |
Junto al plátano sueltas, en congoja Y allá, por cima de tus crenchas, hoja |
¡Yo quisiera salvar esa distancia, ¡Yo quisiera ser uno de los lazos |
Tristes los ojos, pálido el semblante, Se sienta al piano: su mirada grave |
Palma, no te enorgullezcas No te ensoberbezcas, rosa, |
Llego entre dos esbirros, que no dudan Suspenso en el umbral callo y vacilo. |
Se que la humana fibra Mas no en aleve audacia |
En la rama el expuesto cadáver se pudría, La desnudez impúdica, la lengua que salía |
No descansas jamás... y alegre y puro, |