Juventud con pereza
a todo sometida,
por delicadeza
perdí hasta mi vida.
¡Que venga el tiempo donde
los corazones se corresponden!

Me dije: ¡ya deja!,
que no puedan mirarte:
y sin la promesa
de dichas gigantes.
¡Que no puedan pararte,...

CADIZ. — JULIO DE 1846.

¡Sagrado mar, cuyo rugido atruena
al romperte á mis piés en choque rudo,
oye mi voz que temblorosa suena:
Occéano inmortal, yo te saludo!

Déjame que...

Poet: