¡Qué calor!... Sudando llego,
por la empinada montaña
resbalando,
a este valle que en sosiego
tu corriente, ¡oh Pusa!, baña
susurrando.

Déjame un rato olvidar
en tus orillas mis penas,
y el sediento
labio en tus ondas mojar,
y en tus...

I

 Á través del follaje perenne
Que oir deja rumores extraños,
Y entre un mar de ondulante verdura,
Amorosa mansión de los pájaros,
...