• A veces quisiera uno
    sin días que lo nombren,
    perderse, camino hacia el olvido.
    Porque para qué alumbra el día
    si tantas muecas de los hombres,
    como un mapa de angustias
    e indescifrables signos
    de mariposas muertas,
    giran sin término.

    También quisiera uno,
    luego de tanto y tanto
    amor al aire,
    que un árbol se recline...

  • Sólo tu corazón caliente,
    y nada más.

    Mi paraíso un campo
    sin ruiseñor
    ni liras,
    con un río discreto
    y una fuentecilla.

    Sin la espuela del viento
    sobre la fronda,
    ni la estrella que quiere
    ser hoja.

    Una enorme luz
    que fuera
    luciérnaga
    de otra,
    en un campo de
    miradas rotas.

    Un reposo claro...