• ¡Ay, Lizardo querido!
    si feliz muerte conseguir esperas,
    es justo que advertido,
    pues naciste una vez,
    dos veces mueras.
    Así las plantas, frutos y aves lo hacen:
    dos veces mueren y una sola nacen.

    Entre catres de armiño
    tarde y mañana la azucena yace,
    si una vez al cariño
    del aura suave su verdor renace:
    ¡Ay flor marchita! ¡ay...

  • Cuando estoy á par contigo
     Se renueva la creación;
    Más vivífico es el aire,
     Más hermoso alumbra el sol.
    Tu presencia es luz radiante,
     Dulce música tu voz;
    Todo es gloria, y gozo, y dicha
    ...

  • El Pajarito, madre,

    después que me picó,

    me ha dejado burlada.

    ¡Ay de mi, qué dolor!

    El Pájaro ya voló.

    El Pájaro era blanco,

    travieso y juguetón,

    de pluma crespa y negra,

    con pico de arrebol.

    Estando yo solita

    en mi cuarto se entró

    y mil dulces tonadas

    al punto me cantó.

    En ellas...

  • Nunca osara, Señor, la Musa mía
    Al eco unir del general aplauso
    Los ecos de un aliento que se apaga
    Por la desgracia y por la edad cansado.

    Ved cómo yace envuelta en largo olvido
    Mi inútil lira: trémula la mano
    Va sus cuerdas a herir, y a hallar no acierta
    Su antigua resonancia y su entusiasmo.

    Otra fuerza, otra voz, otra armonía
    Pide...

  • Nunca osara, Señor, la Musa mía
    Al eco unir del general aplauso
    Los ecos de un aliento que se apaga
    Por la desgracia y por la edad cansado.

    Ved cómo yace envuelta en largo olvido
    Mi inútil lira: trémula la mano
    Va sus cuerdas a herir, y a hallar no acierta
    Su antigua resonancia y su entusiasmo.

    Otra fuerza, otra voz, otra armonía
    Pide...

  • Una noche de enero,

    estaba calentándose al brasero

    una joven casada,

    la ropa a las rodillas remangada,

    porque así no temía

    quemarse en tanto que labor hacía.

    De este modo esperaba a su marido,

    que era un pobre artesano,

    mientras entretenido

    un chico que tenía, por su mano

    castañas en la lumbre iba metiendo

    y el...

  • La blanda primavera
    derramando aparece
    sus tesoros y galas
    por prados y vergeles.

    Despejado ya el cielo
    de nubes inclementes,
    con luz cándida y pura
    ríe a la tierra alegre.

    El alba de azucenas
    y de rosa las sienes
    se presenta ceñidas,
    sin que el cierzo las hiele.

    De esplendores más rico
    descuella por...

  • Ya de mis verdes años
    como un alegre sueño
    volaron diez y nueve
    sin saber dónde fueron.

    Yo los llamo afligido,
    mas pararlos no puedo,
    que cada vez más huyen
    por mucho que les ruego;

    y todos los tesoros
    que guarda en sus mineros
    la tierra, hacer no pueden
    que cesen un momento.

    Pues lejos, ea, el oro;
    ¿...

  • Pensaba cuando niño
    que era tener amores
    vivir en mil delicias,
    morar entre los dioses.

    Mas luego rapazuelo
    Dorila cautivome,
    muchacha de mis años,
    envidia de Dïone,

    que inocente y sencilla,
    como yo lo era entonces,
    fue a mis ruegos la nieve
    del verano a los soles.

    Pero cuando aguardaba
    no hallar ansias...

  • La rosa de Citeres,
    primicia del verano,
    delicia de los dioses
    y adorno de los campos,

    objeto del deseo
    de las bellas, del llanto
    del Alba feliz hija,
    del dulce Amor cuidado,

    ¡oh, cuán atrás se queda
    si necio la comparo
    en púrpura y fragancia,
    Dorila, con tus labios!,

    ora el virginal seno
    al soplo...