A la amadísima, a la muy hermosa
Que colma mi corazón de claridad,
Al ángel, al ídolo inmortal,
¡Salve en la inmortalidad!
Ella se derrama en mi vida
Como un soplo impregnado de sal,
Y en mi alma insaciable
Vierte el sabor de lo Eterno.
Sachet siempre fresco que perfuma
La atmósfera de un caro refugio,
Incensario siempre lleno que...