• Cuando yo expire, a la empinada sierra
    transportad mi cadáver, y en la cumbre,
    no lo arrojéis debajo de la tierra,
    sino encima, del sol bajo la lumbre;

    donde me cante el impetuoso viento
    sus largos de profundis, y mi caja
    mortuoria sea un risco, el firmamento
    mi capilla y la nieve mi mortaja.

    En donde para honrar el mustio rastro
    ...