• Sennores, si quisiéssedes attender un poquiello,
    querríavos contar un poco de ratiello
    un sermón que fue preso de un sancto libriello,
    que fizo sant Jerónimo, un precioso cabdiello.

    Nuestro padre Jherónimo, pastor de nos e tienda,
    leyendo en ebreo en essa su leyenda,
    trovó cosas estrannas, de estranna facienda;
    qui las oír quisiere, tenga que bien...