• La vi tendida de espaldas
    entre púrpura revuelta.
    Estaba toda desnuda,
    aspirando humo de esencias
    en largo tubo, escarchado
    de diamantes y de perlas.

    Sobre la siniestra mano
    apoyada la cabeza;
    y como un ojo de tigre,
    un ópalo daba en ella
    vislumbres de fuego y sangre
    el oro de su ancha trenza.

    Tenía un pie sobre el otro...