• Cierta noche aciaga, cuando, con la mente cansada,
    meditaba sobre varios libracos de sabiduría ancestral
    y asentía, adormecido, de pronto se oyó un rasguido,
    como si alguien muy suavemente llamara a mi portal.
    "Es un visitante -me dije-, que está llamando al portal;
    sólo eso y nada más."

    ¡Ah, recuerdo tan claramente aquel desolado diciembre!
    Cada...