¡Mirad! ¡es una noche de fiesta
en los solitarios años últimos!
Una multitud angélica, alada, ornada
con velos, e inundada en lágrimas,
se sienta en un teatro para ver
una comedia de esperanzas y temores,
mientras la orquesta susurra a su capricho
la música de las esferas.
Mimos, en forma de Dios en las alturas
murmuran y farfullan en voz...