A ti me acojo, soledad querida,
en busca de la paz que mi alma anhela
en su ya inquieta y procelosa vida;
mi nave combatida
por la borrasca de la mar del mundo,
esquiva ya su viento furibundo,
y en busca de otro viento sosegado
dirige a ti su desgarrada...


Vergine Madre, figlia del tuo Figlio,
umil ed alta piu che creatura,
termine fisso deterno consiglio,
Tu se'colei che l'umana natura
nobilitasti sí che'l suo Fattore
non disdegnó di farsi sua fattura.

(Dante, Paradiso, canto...

¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué suspiras?
¿Por qué los muros de tu cárcel bates?
Es imposible, corazón.... ¡Deliras!
Infeliz corazón, en vano lates!

Siempre contuve tu ímpetu violento
desde que pude conocer el mundo;
siempre fui sordo a tu amoroso acento,...

Corred, lágrimas tristes,
que es dulce al alma mía
sentiros a raudales
del corazón manar;
corred, que los suspiros
que exhalo en todo el día
las ansias de mi pecho
no bastan a calmar.

Triste, férvido llanto,
tus gotas de amargura
...

Hiere, hiere, ¡oh Dolor! He, aquí desnudo
mi inerme pecho: el protector escudo
que en otro tiempo rechazó tus dardos,
roto en pedazos estalló a tus golpes,
y contra ti ya nada me defiende.
¡A ti me entrego en mi fatal despecho!
Hiere, pues, rompe, hiende,...

En otro tiempo huías
de mis llorosos ojos, sueño blando,
y tus alas sombrías
lejos de mí batías,
el vuelo en otros lechos reposando.

A aquel lecho volabas
en que guardan la paz las mudas horas,
y el mío abandonabas,
porque en él encontrabas...


E un bel desio, che nasce
allor che men s'aspetía.

Metastassio

¿Quién eres tú, oh muda compañera
de mi tristeza solitaria? Di,
¿quién eres tú que fuese a donde quiera
siempre a mi lado cándida te vi?...

Arroyuelo que deslizas
tu cristal en la pradera,
tu corriente vocinglera
voy siguiendo con placer:
notando voy en tu curso
la variedad inconstante,
en esto tan semejante
a cuanto fue y ha de ser.

De las cosas de la vida
es imagen tu carrera...

Bosquecillo frondoso,
que a las orillas del sonante río
abrigo delicioso
me das en los calores del estío.

Cuando yo te contemplo,
mientras abrasa el aire el mediodía,
el misterioso templo
te finge del placer mi fantasía.

Los festivos amores...

I

En la amena floresta
de un bosquecillo, se alza la espesura,
do el ardor de la siesta
se templa, do murmura
una de humilde vena fuente pura.

Allí, cuando subido
el sol a la mitad del alto cielo,
cuando más encendido
su ancho disco...