• De este cielo extravagante y lívido,
    Atormentado como tu destino,
    ¿Qué pensamientos en tu alma vacía
    Descienden? Responde, libertino.

    —Insaciablemente, ávido
    De lo oscuro y lo incierto,
    Yo no gemiré como Ovidio
    Arrojado del paraíso latino.

    Cielos desgarrados como arenales
    En vosotros se contempla mi orgullo;
    Vuestras amplias nubes...