• Ven, amada;
    anhelante mi espíritu te llama

    En la fuente piadosa de tus labios
    apagaré mi sed,
    y bendita serás como la dulce
    samaritana bíblica.

    ¡0h, mi sed de ternura!
    Ven, amada;
    anhelante mi espíritu te llama.