• A mi idolatrada esposa Jesús Dávila y Heredia

    Versos de fuego, con mi sangre escritos,
    que condensen mis ayes infinitos
    en un solo clamor, y a la futura
    edad transmitan el recuerdo infausto
    de esta incomparable desventura;
    versos que inmortalicen tu holocausto,
    a par de mi agonía,
    lamentando el rigor de nuestra suerte,
    quisiera...