• ¡El infierno está aquí! El otro no me asusta.
    Empero, el purgatorio mi corazón disgusta.

    De él me han hablado mucho y su nombre funesto
    en mi corazón débil ha encontrado su puesto.

    Cuando la ola de días va agostando mi flor,
    el purgatorio veo al perder el color.

    ¡Si es cierto lo que dicen, es preciso ir allí,
    Dios de toda existencia, para llegar a...

  • Te escribo, aunque ya sé que ninguna mujer
    debe escribir;
    lo hago, para que lejos en mi alma puedas leer
    cómo al partir.

    No he de trazar un signo que en ti mejor grabado
    no exista ya.
    De quien se ama, el vocablo cien veces pronunciado
    nuevo será.

    La dicha sea contigo; yo sólo he de esperar,
    y aunque distante,
    yo me siento ir a ti...