• Siempre querido me fue este yermo cerro
    y este cerco que tanta parte
    del último horizonte la mirada excluye.
    Mas, sentado y mirando interminables
    espacios de allá lejos, sobrehumanos
    silencios y su hondísima quietud,
    me quedo enmimismado hasta que casi
    el corazón no teme. Y como el viento
    cuyo tráfago escucho entre las hojas, a este
    ...

  • Erré, cándido Gino, largo tiempo,
    y grandemente erré. Mísera y vana
    juzgué la vida; insulsa más que todas
    esta presente edad. Intolerable
    fue y pareció mi lengua a la dichosa
    prole mortal, si es que mortal se puede
    llamar el hombre. Entre desdén y asombro,
    del Edén odorífero en que habita,
    rio la alta progenie afortunada,
    y me llamó infeliz...


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