• ¡QUÉ lentas son las horas de mi tediosa vida,
    Qué amargos los instantes, ausente de mi amor!
    Desgárrase sin tregua mi dolorosa herida,
    Y vago cual la hoja marchita compelida
            Por rápido aquilón.

    Ya asome esplendorosa con mágica sonrisa
    Aurora en el Oriente con nubes de carmín;
    Ya sople adormecida la perfumada brisa,
    Ya preste melancólica...