Dóranse los trigales a un sol que quema,
Y, agitando sus alas, las segadoras
Largan en los rastrojos atáos de paja,
Que han de mascar más tarde las triyadoras.
Con el gancho e viruta sobre los ojos,
Montáos en mancarrones que, por sotretas,
Ni sombra son de aquellos que beyaquiaban
Al sentir las yoronas en las paletas,
Van cruzando las chacras...