Soledad deliciosa, bosque umbrío
¡ay, cómo en tu retiro busco en vano
alivio al inmortal quebranto mío!

Me hirió de Amor la poderosa mano,
de Amor la flecha aguda envenenada
que contra mí lanzara el inhumano.

¡Oh mil veces feliz edad dorada...

Quitad allá las ciencias,
dejadme mis amores.
allá dispute el sabio,
otro piense, y yo goce.
Denme a mí de Amarilis
oír los cantos acordes,
que encienden en mi pecho
mil amantes ardores.
Que Florián a Trigueros
le colme de loores,...