• A pedir la limosna acostumbrada

    a una granja del pueblo separada,

    llegó un fornido lego franciscano,

    y encontró de carácter muy humano

    a una viuda y joven labradora

    que era de aquella granja la señora.

    Esta, luego que vio tan colorado

    al lego, tan robusto y bien tratado,

    sintió cierta pasión picante y viva

    que aumentó su virtud...