• A un viejo inquisidor es presentada
    una hermosa mujer, que de hechicera,
    sin más motivo que la envidia fiera,
    ante su tribunal fue delatada.

    Al tenor de los cargos preguntada,
    los niega todos. Mas con voz severa
    la comprimía el juez de tal manera
    que la infeliz mujer, ya sofocada:

    —-Ilustrísimo, dice, esto es lo fijo;
    yo de...