•  ¡Jamás lo olvidaré!... De asombro llena
    Al escucharlo, el alma refugióse
    En sí misma y dudó...; pero al fin, cuando
    La amarga realidad, desnuda y triste,
    Ante ella se abrió paso, en luto envuelta,
    Presenció silenciosa la catástrofe,
    Cual contempló Jerusalén sus muros
    Para siempre entre el polvo...