• Dichosamente soy docto estudiante
    En la universidad de tu belleza;
    Aprendiendo preceptos de tristeza,
    Aprendiendo también leyes de amante.

    La justicia, es amar tu Sol brillante
    Con infalibles reglas de fineza,
    Defendiendo altamente la firmeza,
    Negando sabiamente lo inconstante.

    Es Aula el corazón en mis pasiones,
    Do se explican del llanto...

  • Cierto día un estudiante
    al revisar su ropilla,
    se encontró en la pantorrilla,
    un enorme interrogante.
    Siguió el pobrete adelante,
    y al ver que en puntos hervía
    su calceta, maldecía
    diciendo: "¡Cuán bueno fuera
    si más estambre tuviera
    y menos ortografía!"