La villana avaricia, el insaciable
amor del mando y del poder supremo
las bajas tierras oprimido habían;
abrumados gemían
los hombres bajo el cetro intolerable,
y del dolor en el violento extremo
los dioses invocaban,
que sordos a sus ruegos se mostraban.
Amor, tú consolaste
la humanidad; tú su deshecho llanto
piadoso le...
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Desde los cuatro puntos cardinales
De nuestro buen planeta
— Joven, pese a sus múltiples arrugas —
Miles de inteligencias
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