Mi juguetona Musa,
aunque con torpe lira,
por esta vez pretende
consagrarte su voz, Magdalenita.
No examines si es dulce,
si es bella mi poesía,
atiende solamente
al afecto sincero que la dicta.
Pero en este momento
la memoria se aviva
de que estás tanto tiempo
del hermano que te ama, dividida.
Y este triste recuerdo...