• Á la orilla de un plácido árroyuelo,
    que en sus cristales nítidos retrata
    el verde margen y el tranquilo cielo...
    —lengua armoniosa de fulgente plata,
    que siempre está contando sin recelo
    de aquella soledad la vida grata,—
    una noche clarísima y serena
    nació una melancólica azucena.

    Esto pasó en Abril. —El sol de Mayo
    miróla...